La calle dentro de la calle.

Se decide replicar la calle por la que se accede al edificio, “colocándola” dentro de él, dando soporte fotográfico a la ya sectorizada entrada a las viviendas.
Partiendo de una imagen de época con un escaneo de baja calidad, se actúa sobre ella hasta transformarla en un alzado de 7.50 metros que dotará de escala y abrigo a la entrada peatonal de la edificación. Esta imagen, desarrollada en predominante color blanco, se mimetiza con el resto de paramentos verticales definidos en colores claros y se evidencia en lógico contraste con el oscuro solado y falso techo. Se conforma un “cinturón” que resalta entre la oscuridad y abraza el acceso peatonal y rodado, recordando donde nos localizamos, la historia que nos rodea y la centralidad que disfrutamos.